Sanando al Niño Interior: El Camino Hacia una Vida Adulta Plena

POR OLGA MARIA Fernández Arellano
04/09/2024

Imagen dividida: niño solitario en rincón oscuro junto a adulto sonriente extendiendo su mano, simbolizando el proceso de sanación del niño interior para una vida adulta plena.

Me llevó gran cantidad de tiempo mirar con el corazón para ver el niño roto de otros en lugar de sus acciones dañinas. La mirada del amor ha de aprenderse.

 

Sufrimos por el anhelo de que las cosas sean de otra manera diferente al "ideal mental".

 

Y absolutamente todos llevamos dentro un niño interior con algo roto y que espera a que quien lo rompió venga a arreglárselo.

 

Vivimos en una sociedad donde sacar nuestras emociones más difíciles no está bien visto, e incluso desde pequeñitos se nos ha dicho "no llores" como si hubiera sido mal aceptado expresar.

 

Todas las emociones están para sentirlas porque cada una de ellas está hecha para llevarnos a un siguiente nivel emocional y para provocar una acción en nosotros.

 

LO QUE SE REPRIME DEPRIME, Y NOS INMOVILIZA.

 

En este blog vamos a hablar de esas emociones que tenemos tapadísimas pero que se manifiestan cada día, son las de nuestro niño interior herido.

 

Las heridas emocionales del niño interior tienen una peculiaridad común: NO QUEREMOS SENTIRLAS. Somos capaces de esconderlas e incluso autodestruirnos por sentirlas.

 

Por mucho que intentamos o creemos tapar estas emociones no lo conseguimos y salen como lapas en todos los aspectos de nuestra vida adulta.

 

Crecemos y podemos comprender con la compasión que nuestro padre o madre eran niños rotos y que hemos recibido las consecuencias de sus traumas sin resolver, pero no olvidemos que la memoria emocional permanece por mucha comprensión y la necesidad de que nuestro verdugo nos sane la herida sale a la luz una y otra vez hasta que no se atiende esa parte emocional.

 

¿Qué pasa si no atiendes esto? Que llevar una vida adulta plena y con paz interior es imposible, porque todo lo que construimos tiene como objetivo no volver a sentir rechazo o el dolor parecido a la falta de validación de nuestros padres. Y todo lo que se construye para defenderse y no para sumar se cae por su propio peso.

 

No eres aquello que viviste o interpretaste en la infancia, pero sí puedes decir con seguridad que eres todas aquellas cualidades que desarrollaste para sobrevivir a tu infancia. Estas marcas no siempre son positivas ni juegan a nuestro favor.

 

La verdad es que no siempre se trata de traumas de la infancia; también existen las pequeñas creencias limitantes que hemos tomado como válidas y que la suma de todas ellas nos impide el avance en nuestra propia vida.

 

Me he encontrado en cientos de cursos y sesiones con personas que tenían idealizados a sus padres y no tenían consciencia de ningún daño emocional de la infancia, y estoy segura de que a día de hoy muchos lo siguen sin ver porque son heridas emocionales tan fuertes que la mayoría nos desbordan y nos hacen cambiar nuestras vidas por completo; esto al ego le da tanto vértigo que vive tapando.

 

¿A qué me refiero cuando digo que nuestra mayor herida es el no sentirnos valorados por nuestro padre o madre? Desde que somos niños comenzamos a desarrollar nuestra personalidad y también nuestro propio concepto de nosotros mismos.

 

Necesitamos la guía y el apoyo de un padre y una madre para sentirnos independientes y poder salir al mundo adulto. Y la mayoría hemos tenido padres que no tenían ni idea de lo que la palabra autoestima significaba, ni para ellos mismos. Sumamos a esto que la mayoría han sido padres ausentes por un sistema capitalista que marca cómo vivir o, aunque estuvieran presentes, no sabían atender nuestras emociones y necesidades.

 

Uno puede crear su vida cuando tiene las bases de su identidad bien cimentadas.

 

Sea por el motivo que sea que no recibes la valoración emocional en la infancia, lo que se queda en el interior es que no mereces la vida, no mereces la evolución, no perteneces a ninguna parte… y creces como un adulto con una vida basada en el NO MERECIMIENTO.

 

Crees que tú tienes que quedarte para el último porque siempre hay algo más importante.

No tienes relaciones consistentes porque inconscientemente crees que no eres tan valioso como para ser amado o apreciado.

Los demás siempre son más que tú.

Estar siempre a la defensiva porque la vida es peligrosa.

Postergas y no materializas tus sueños.

Y un largo etcétera.

 

En mis sesiones individuales de las primeras cosas que trabajo es aprender a hablar en voz alta de estas heridas internas y comenzar el camino de saber auto reconocerlas.

 

Hasta que no aprendes a ver con los ojos del amor sientes muchisima culpa por sentir odio o rencor hacia alguno de nuestros padres. La culpa se alimenta de más culpa y le encanta esta sabor a adulto reprimido que no quiere reconocer sus emociones.

 

A parte de las emociones tenemos que hablar de las necesidades que tenemos, que nadie las atendió, que tu padre y tu madre nunca las atenderan ( y esto te lo tienes que repetir mucho) y que eres el único que se puede hacer responsable.

 

LA MAYORÍA DE LAS PERSONAS CREEN QUE SANAR EL NIÑO INTERIOR ES QUE DESAPAREZCA LA EMOCION O LA NECESIDAD, Y DE LO QUE TRATA SANAR ES DE HACERTE TU RESPONSABLE Y COMPROMETERTE A RESOLVERLO TU.

 

Cuando durante la infancia no se nos ha aceptado tal y como eramos imitamos el comportamiento y generamos una forma de vida con un CASTIGADOR DEL COMPORTAMIENTO que todo lo juzga y que nada acepta tal y como es. Esto nos lleva a que incluso la vida nos trae oportunidades para sanar y formas de vida para trascender el dolor y la rechazamos porque somos grandes expertos en RECHAZAR TODO, ya que tuvimos una gran maestro en la infancia que nos enseño rechazo.

 

Liberarnos de estos verdugos internos solo es posible con el camino del amor a uno mismo, y todo lo que hagamos en la vida contrario a esto es mal gastar energia, tiempo y dinero.

 

Cuando te han dicho en la infancia que no eres válido también han dejado una huella de que hay que desconfiar de quien dice que te ama y eres válido para el.

 

Conscientes de esto hemos de empezar a ver como los que no hemos sido válidos para nuestros padres hemos creado una vida adulta donde siempre estamos demostrando algo y que estamos comprando amor constantemente.

 

Hay todo un proceso en esto de cómo te das cuenta que te levantas por la mañana predispuesto a comprar amor que jamás saciará lo que tu no te des a ti mismo.

 

En las sesiones egóicas que hago vamos muy directos a localizar estos hábitos y trabajar el construir respuestas diferentes ante la vida.

 

Es realmente agotadora la vida cuando vives para saciar esa desvalidación, abandono y castigador del comportamiento, porque ellos no mueren ni se llenan con el amor de otros, solo se sanaran cuando tu te hagas responsable de darte todo lo que te tienes que dar y que tu padre y madre como he dicho antes jamás te va a dar.

 

Casi nadie puede recordar ni un 10% de los traumas del niño interior y te digo por experiencia que es interminable la búsqueda. Conozco quien lleva décadas atrapados en buscar origenes de traumas contad de seguir postergando hacerse cargo de sus emociones y necesidades internas.

 

Aprovecho para reivindicar aquí el negocio que se ha hecho de empoderamiento femenino, libertad financiera, busqueda de propósito, etc del que muchos niños interiores rotos son victimas y verdugos buscando a traves del logro profesional y de la riqueza material llenar el abandono y desvalorizacion del niño interior. Veo vidas destrozadas en medio de un supuesto crecimiento personal que esta realmente alimentando un ego insaciable para tapar el dolor de la infancia.

 

Sanar, como te decía antes, no es tapar ni querer borrar la memoria del disco duro de tu vida. Sanar es elegir ser el adulto que se da lo que necesita y que reconoce toda su vulnerabilidad y sombras.

 

El daño del niño interior es una asignatura eterna y para todos, y siendo la que más sana de casi todas, es la que siempre posponemos: a veces para seguir en el victimismo, algunas para seguir apegados a quien nos dañó, otras para tener un motivo para maltratar a otros… o todas ellas a la vez.

 

Te quiero ayudar con este blog como lo hago en las sesiones individuales con preguntas evolutivas:

¿Para qué estoy evitando hacerme responsable como adulto de mis necesidades y emociones?

¿Quién gana si no me hago cargo?

¿Cómo sería mi vida si yo fuera el adulto que sana, se da lo que necesita y atraviesa lo que siente?

Como siempre te digo, el papel y bolígrafo no te juzgan, son tus mejores amigos.

 

Espero que este blog te coloque en la humildad e individualidad de tu ser para hacerte cargo y comprometerte con tu niño interior roto.

 

Ya hemos juzgado demasiado tiempo a los que no se han hecho cargo de sus traumas; ahora toca tomar el mando.

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